¡Hola Voladores!

En la publicación de hoy haremos nuestra primera crítica cinematográfica, la primera del blog no la primera de nuestra vida. En esta ocasión haremos una comparativa entre dos películas que tienen temática común: el boxeo. Estas películas son Fat City (John Huston, 1972) y Rocky ( John G. Avildsen, 1976). Buscando en google una traducción, hemos encontrado un portal que explicaba la diferencia entre underdog y loser.

Vencedores y vencidos

Mira por donde, uno de los temas que se tratarán en esta crítica es ese, los perdedores. La diferencia entre ambos términos reside en que cuando tildas a una persona de loser, le estás diciendo que ha perdido o que perderá, además de que es una palabra despectiva. En cambio, si utilizas underdog estás indicando que tiene menos posibilidades de ganar, por lo que no es tan despreciativo. Irremediablemente, al leer esta aclaración, hemos asignado cada palabra a una película y después veremos el por qué.

Cartel de Fat City

Ambas películas podemos englobarlas en el género dramático. En ellas se tratan los conflictos personales y sociales que tienen los personajes. Tully es un alcohólico al que nadie recuerda, que sueña con recuperar lo que perdió y que tiene que ganarse la vida como puede. Rocky se dedica al boxeo porque no sabe hacer otra cosa, es demasiado bueno para trabajar para un prestamista, tiene una autoestima cuestionable y quiere conseguir a la chica que le gusta. Pero Fat City (John Huston, 1972) tiene una particularidad. Esta dirigida por John Huston, un director que ha pertenecido a la época dorada de Hollywood, al cine clásico americano, pero que supo adaptarse a los cambios y presentar esta propuesta. Durante gran parte de su filmografía se puede apreciar un rasgo común: su fijación por los perdedores. Le gustan los personajes que van a la deriva, que no son comprendidos y que sus vidas están condenadas al fracaso casi antes de comenzar. Este es el caso de todos los personajes de Fat City (1972), todos son unos fracasados, unos perdedores. Aunque la historia se ceba con el protagonista, Billy Tully, un joven que ronda la treintena pero parece que tenga casi los cincuenta. Huston hace una película acorde con los nuevos cánones que imperaban en Hollywood, la primera parte es casi documentalista y nos muestra la ciudad de Stockton, la pobreza, la inmigración… Estamos ante una película cruda, una donde Huston nos muestra otra visión de la sociedad y de la realidad. Una película en la que durante una hora y media no pasa prácticamente nada a nivel de acción, no hay suspense ni clímax. Donde las personas que conviven no pueden cambiar ya su destino, aunque tímidamente se juran hacerlo, y donde jóvenes encaminan sus pasos al mismo lugar, al fracaso, pero parecen no darse cuenta. Y eso es lo que te engancha de la película, ver cual será su futuro, si finalmente pueden caer más bajo o ya están tocando fondo. Parece que el sueño americano no les ha tocado con su varita mágica. Como dato, John Huston fue boxeador en su juventud y relata que jamás ha visto en el cine una representación fiel de ese mundo. Por este motivo, se plantea hacer una película en la que mostrar el verdadero universo boxístico: perdedores que buscan salir de la rutina que les obliga a pelear en tugurios donde todo está amañado.

Cartel de Rocky

En esta situación podemos ver al protagonista de la otra película, Rocky. Un italoamericano que pelea en locales de mala muerte mientras trabaja de cobrador para un prestamista, además fuma y bebe, cosa no compatible con el deporte. Su situación tampoco es muy boyante que se diga. Tenía buenas capacidades para ser alguien en el mundo pugilístico pero dejó pasar la oportunidad. Un perdedor más que no sabe hacer otra cosa en la vida. La ciudad que nos muestra la película, Philadelphia, está desierta y es marginal. Pese a que la película dirigida por Avildsen, que fue ganador del Oscar a la mejor dirección y a la mejor película, también contiene perdedores son de una madera distinta. El espectador llega a conectar con ellos porque puede ver su cara amable y eso provoca un acercamiento a ellos. Además, se cuece un posible romance entre el protagonista y la chica que finalmente acaba cuajando. Por si fuese poco, a medida que avanza la película se presenta una oportunidad de oro, lo que parecía un drama de perdedores se convierte en un posible cuento de hadas. Podríamos estar ante el sueño americano. Rocky puede triunfar. De hecho, y aunque pierde el combate, lo hace. El púgil ve que es capaz de plantarle cara el campeón mundial y además consigue a la chica. Rocky ha conseguido cambiar su suerte, ha conseguido la esperanza que en la película de Huston nunca llega. A raíz de esto, su entorno también ve cambiar su suerte. Y es por esto que es una película bastante simple, en el sentido que muestra una historia que todos conocemos: un pobrecito que recibe una oportunidad caída del cielo y puede cambiar su situación. Eso sí, a nivel motivacional la película funciona y ha sabido crear unos elementos reconocibles que perduran en el tiempo.

Conclusión

Después de ver en detalle cada una de las películas podemos considerar que Billy Tully es un loser, un auténtico perdedor en el sentido despectivo de la palabra. En ningún momento del film da la impresión de que pueda salir victorioso de su vida, que pueda dar un giro y volver a ser lo que fue o, por lo menos, tener una vida más digna. En cambio, Rocky sería un underdog, alguien que, a medida que avanza la película, tiene alguna posibilidad de ganar en su vida. Ya no sólo a nivel boxístico, sino en el panorama sentimental. Rocky sí que tiene en su mano cambiar y poder conseguirlo, tiene una actitud más proactiva ante su situación.

 

Y hasta aquí el artículo de hoy. Si os gusta podéis comentar y compartirlo con quien queráis. Aprovechamos para daros las gracias por la buena acogida en redes. Si os suscribís a la newsletter podéis estar al día de nuestras actualizaciones.

¡Hasta la próxima Voladores!


4 Comments

reparaciones thermor manlleu · 17/02/2019 at 07:35

Me ha encantado vuestro artículo y me ha sabido a poco pero
ya sabeis lo que dice el dicho “si lo bueno es breve es un par de veces
bueno”. Me gustara volver a leeros de nuevo.

    Voladora Producciones · 18/02/2019 at 09:24

    Muchas gracias por tu comentario. Nos encanta que te encante 🙂

Marcos · 13/06/2019 at 16:43

Gran aclaración, mejor aún para descubrir su blog que tiene
un esbozo excelente. Bien hecho

    Voladora Producciones · 13/06/2019 at 22:37

    Muchas gracias! Si te ha gustado no dudes en seguirnos!

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